17 mayo 2011

Dormías cuando llegué, te vi en la cuna. Te despertaste rapidito y fui al cuarto, donde estabas con papá. ¡Qué linda bienvenida me diste! Pensé que sería más lento, de a poco la confianza, pero me equivoqué: apenas me viste, te me tiraste encima y escuché como le susurrabas a papá que nos dejara solas.
Qué lindo tenerte, con la cabeza en mi hombro, tan cómoda envuelta en la manta blanca, ya te sostenés derechita, impecable. Fueron unos minutos, hasta que empezaste a reclamar por alimento.
Otro día la seguimos, pequeñuela.

31 diciembre 2010

La Madre Tierra es madre soltera

Qué difícil explicar la Naturaleza; no podemos asociarla a una persona, ni a un Dios, ni a ningún ser. No es alguien que piensa y decide donde poner un árbol o un río, sino que obra por un perfecto instinto: “La Naturaleza es sabia”. Es una energía infinita, en tiempo y espacio, que nos cuesta concebir. Ya lo dije, no es nadie, es algo que está en cada rinconcito del mundo, por lejano o virgen que sea.

Tiene el más noble sentido de la justicia y de la generosidad, brindando todo lo que cualquier ser necesita y sin pedir nada a cambio. Hay una perfección absoluta en cada uno de sus actos, pero nos cuesta entenderla, y nos empeñamos en ir en contra de ella, de una fuerza eternamente más poderosa y menos egoísta, a la que le debemos nuestra vida y existencia. Seguimos irrumpiendo en su armonía, sin pensarlo un segundo, creyendo que somos superiores al resto de las especies y destruyendo todo a nuestro paso.

Pachamama.

16 febrero 2010

Carta a mi inspiración

16 de febrero 2010, Buenos Aires

¿Dónde estás? ¿A dónde te fusite, amiga mía? Me acuerdo cuando me visitabas casi todos los días y hacíamos alguna de las nuestras; la pasábamos tan bien juntas. Eramos como Jenny y Forest, como pan y mantequilla. Pero cada vez venís menos y me pasan tantas cosas. Tengo tanto que contarte.

¿Por qué te fuiste? ¿Pensaste que ya no te necesitaba? Siempre voy a necesitarte, sola no puedo. Te extraño tanto, necesito que vengas a verme, que hagamos una de las nuestras como antes. Dale, compartamos un té como solíamos hacerlo. Te voy a estar esperando.

20 diciembre 2009

No creo en la Navidad. No representa nada para mí. Lo vivo como una simple excusa para estar con la familia, con amigos o con quien se desee, para comer y festejar; lo cual me parece bien. ¿Por qué necesitamos siempre un motivo para festejar? Yo, en el caso de navidad, no lo tengo. Simplemente vivo feliz y celebro eso.
Año nuevo, ¿qué significa? Es algo así como un ciclo que empieza, pero ¿quién decidió cuando? La Tierra de una vuelta completa alrededor del sol desde el primero de enero del año anterior ¿pero por qué ese día? Para mí es arbitrario, y por eso el año nuevo tampoco significa nada. La gente se propone cosas y metas cuando empieza un año; "Año nuevo, vida nueva" dicen. Yo no quiero una vida nueva, la mía me gusta.
En el último tiempo (que tal vez coincida con este último año) me pasaron varias cosas que quiero destacar: me enamoré, sin duda. Me enamoré de una forma y con una intensidad increíbles. Como en las películas, no pensé que me pasaría. Conocí gente creo, o al menos reforcé lazos con gente ya conocida. Me conocí a mí misma. Me conocí mucho más, mi personalidad, mi forma de ser, de vivir y de pensar, mis gustos y mis intereses. Conocí la música desde otro punto, el mío. Me arriesgué un poquito más a todo, a disfrutar. Respiré, y fui consciente de eso. Disfruté el aire como nunca lo había hecho y es precioso. Admiré el paisaje de todos los días, la ciudad done vivo que es maravillosa. Valoré los momentos más insignificantes, pero tan especiales al mismo tiempo. Absorbí todo lo que pude, música, cultura, arte, amor. Pasaron muchas cosas y disfruté como nunca.
Por otra parte, me propongo también muchas otras cosas; y me acuerdo de una tarjeta que me regaló mi hermano en un cumpleaños mío, en la que decía que el que aparecía ahí era Kronos, el Dios del tiempo. Yo tenía que pedirle un deseo y, no con el paso del tiempo, sino con mi esfuerzo, se iba a cumplir. Siempre me gustó mucho eso que decía, pero creo que nunca lo puse en práctica, así que eso me propongo. Me propongo, en principio, seguir disfrutando, que es lo que considero más valioso. Más puntualmente, voy a abrirme al mundo, a ser más tolerante. Voy a hacer lo que me gusta, lo que me hace bien. Y así espero que lo hagan todos. Feliz vida, con unas felices fiestas no me alcanza.

17 septiembre 2009

" - Mi vida es monótona. Yo cazo las gallinas, los hombres me cazan a mi, y todos los hombres se parecen. Por lo tanto, me aburro un poco. Pero, si tú me domesticas, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen regresar bajo la tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. ¡Y además, mira! ¿Ves, allá abajo, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los trigales no me recuerdan nada. ¡Y es triste! Pero tú tienes cabello del color del oro. ¡Así que será maravilloso cuando me hayas domesticado! El trigo, que es dorado, me hará acordar de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo..."

Le Petit Prince
Antoine de Saint-Exupéry

24 junio 2009



Cada tanto pienso en la sensación que me produce el hecho de terminar de leer un libro.
Es algo bastante duro; es el fin de toda la relación que tuve con él desde que llegó a mis manos, miré la tapa, leí el título, lo abrí, nos conocimos y empezamos a fusionarnos. A medida que avanzo en la lectura, tengo pensamientos del estilo de "si tardé una semana en leer esto, en otras dos lo termino", o empiezo a esperar y especular acerca del final. No sé muy bien por qué pienso tanto en el fin del libro, si sé que llegar va a ser cruel.
Siempre es lo mismo: llego a la última página, a la última línea, a la última palabra, a la última letra y, sin prisa y con temor, al masculino último punto. Mi intento por extenderlo siempre fracasa, siempre termina.
Lo que nunca sé es cómo seguir después de eso, cómo debería reaccionar ante el busco final de la relación que había construido con el libro. Ante la duda, lo cierro, y le clavo los ojos en la contratapa preguntándome "¿y ahora?"
.

28 marzo 2009

Un cuidador de autos, árboles, un acordeón, vientito, la bici, veleros, hippies, motos, autos, la improvisada curita del dedo de mi pie, bicis, un heladero, tres nubes, la lastimadura de otro dedo del mismo pie, un derbake, más veleros, un alto parlante insoportable, mi pantalón azul, Broda en san miguel, algo así como una flauta o quena, el tren de la costa, una vespa rrrroja.